Del
gis y la pizarra a los pizarrones electrónicos y los proyectores,
¿es
el docente un simple reproductor de ideas o puede generar por si
mismo el cambio educativo?
El trabajo docente ha sido la vía por
la cual el Estado a logrado intereses particulares de élites a lo
largo de la historia de los paises, en particular del nuestro. De
esta manera podemos hacer una revisión y verificar que los
propósitos educativos han respondido a una ideología propuesta y
necesaria para lograr los fines del Estado.
Nuestro trabajo en el aula ha
dependido de las ideas que especialistas configuran en planes y
programas de estudio; métodos de enseñanza diferentes que tenemos
que asimilar y ejecutar, órdenes de nuestros inmediatos superiores,
una reproducción de esquemas ajenos a nuestra realidad y muchas
veces contradictorios con nuestra concepción de la vida, con las
necesidades e inquietudes de nuestros alumnos.
Hace algunos años formamos parte de
un colegiado regional respecto al trabajo en aulas multigrado, cada
reunión era escuchar el mismo discurso del jefe de sector, “el
enfoque del español debe ser comunicativo y funcional... los
propósitos de la asignatura nos dicen..., las estadísticas de los
resultados de la Olimpiada del conocimiento y de la Ruta de la
Independencia arrojan resultados reprobatorios... todo porque los
docentes de nuestra región no comprenden lo que los planes y
programas nos dicen.” Todo
era (y sigue siendo) responsabilidad del maestro frente a grupo, este
ejemplo nos sirve para ilustrar la incapacidad de nuestros inmediatos
superiores para poder, junto con nosotros, encontrar alternativas de
solución a los problemas de enseñanza-aprendizaje en nuestras
escuelas. Pero más allá de esto, la incapacidad de éstos para
poder replantear situaciones acordes con nuestra realidad; queda
claro que el objetivo es reproducir lo establecido desde nivel
central, tenga o no sentido con los contextos de nuestro país.
Hablar
de reformas educativas es hablar de ideas desde escritorios de unos
cuantos, que la mayoría de las veces poco o nada tienen que ver con
el campo educativo, por ejemplo, ¿cómo pudo un médico ser
Secretarío de Educación a finales del sexenio calderonista? ¿por
qué los secretarios de educación estatales, en su mayoría, han
sido diferentes profesionistas y no un profesor? Considero que “los
reformadores de la educación han respondido a la crisis de la
educación fundamentalmente ofreciendo soluciones que pasan por alto
el rol de los docentes para preparar a los educandos para ser
ciudadanos activos y críticos, o bien proponen reformas que pasan
por alto la intelignecia, la capacidad de juzgar y la experiencia que
los docentes puedan aportar en lo que se refiere a esos temas.”1
Si
la educación en nuestro país esta tan deteriorada, según las
autoridades, ¿por qué los estudiantes de nuestro municipio que
emigran hacia Estados Unidos alcanzan buenos y excelentes resultados
académicos? Hemos conocido muchos casos de alumnos que alcanzan
buenos resultados en matemáticas, por ejemplo, en el país vecino
del norte. El caso concreto de uno de mis hermanos que llega a
mediados de abril del 98 a la unión americana y se integra a la
escuela primaria, si conocimiento del idioma inglés, donde su
maestro le planteó al grupo que resolviera un problema, mi hermano
lo solucionó fácilmente, pero lo interesante es que el docente le
pidió que le explicara cómo había logrado dicha respuesta ya que
él no sabía como hacerlo de esa manera. Por citar otro ejemplo,
cuando mis familiares en edad escolar visitan México traen consigo
una carpeta de tareas; me ha llamado la atención que dichas tareas,
concretamente en Matemáticas, solo son la resolución de
operaciones, no existen problemas que pongan en juego la decisión
del alumno para aplicar tal o cual operación aritmética, predomina
pues la mecanización.
La
diferencia entre ese docente americano cuya finalidad o prioridad es
la disciplina escolar adecuada y el trabajo de muchos docentes
mexicanos que trabajamos en condiciones adversas y muchas veces con
muy poco o nulo apoyo de otros agentes educativos es que tratamos de
lograr en nuestros alumnos el despertar de la creatividad, hacer
alumnos críticos y reflexivos ante situaciones reales de su vida y
para la resolución de problemas de la misma vida cotidiana.
No
podemos decir que todo el magisterio trabajemos de esa manera, pero
si puedo afirmar que para muchos de nosotros, a pesar de las reformas
educativas impuestas donde no se nos toma en cuenta para
articularlas, aunque la infraestrutura escolar no sea la adecuada,
aunque se quiera implementar un objetivo común en todo el país como
el uso las TIC's y existan escuelas y comunidades que aún no
cuentan con energía eléctrica, etc., existiremos maestros que
buscaremos la manera de lograr que nuestros alumnos sean creativos,
críticos y reflexivos, luchando contra todo por el simple hecho de
despertar conciencias.
Cuando
los profesores “cuestionan críticamente los planes de estudio
vigentes en las escuelas, el “curriculm oculto”, la elaboración
de políticas a nivel local y estatal, la forma y contenido de los
libros de texto y las condiciones de trabajo de los docentes”2
podemos estar en la dirección de poder reorientar el trabajo hacia
concretar una sociedad crítica creativa y no solamente ser
reproductores de lo que establece una élite de acuerdo a intereses
de esferas de poder, de lo que representamos de acuerdo a los
intereses económicos, políticos, ideológicos, etc.
La
determinación de los colegios de maestros en las instituciones
escolares para debatir y poner en tela de juicio estos temas y otros,
el integrar a otros agentes sociales en la búsqueda de soluciones,
es el inicio para demostrar ante la misma sociedad que los docentes
no somos solo un instrumento de reproducción para el logro de
perfiles de egreso de niveles educativos que buscan formar ciudadanos
ideales y útiles para una economía y estructura social que
beneficie a unos cuantos.
En
la actualidad y en cualquier momento de la historia debemos ser
críticos de las metas que persiguen planes y programas de estudio.
El maestro debe tener la capacidad de reorientar su práctica hacia
planos que permitan continuar con la creatividad de los individuos,
con la crítica y reflexión en todo sentido para beneficio de la
sociedad, de sus alumnos.
BIBLIOGRAFÍA.
- ARONOWITZ Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del intelectual transformador.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
1ARONOWITZ
Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del
intelectual transformador.”
En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño
y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p. 161
2Idem.
p. 183
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