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sábado, 13 de abril de 2013

La enseñaza y el rol del intelectual transformador.

Del gis y la pizarra a los pizarrones electrónicos y los proyectores,
¿es el docente un simple reproductor de ideas o puede generar por si mismo el cambio educativo?

El trabajo docente ha sido la vía por la cual el Estado a logrado intereses particulares de élites a lo largo de la historia de los paises, en particular del nuestro. De esta manera podemos hacer una revisión y verificar que los propósitos educativos han respondido a una ideología propuesta y necesaria para lograr los fines del Estado.

Nuestro trabajo en el aula ha dependido de las ideas que especialistas configuran en planes y programas de estudio; métodos de enseñanza diferentes que tenemos que asimilar y ejecutar, órdenes de nuestros inmediatos superiores, una reproducción de esquemas ajenos a nuestra realidad y muchas veces contradictorios con nuestra concepción de la vida, con las necesidades e inquietudes de nuestros alumnos.

Hace algunos años formamos parte de un colegiado regional respecto al trabajo en aulas multigrado, cada reunión era escuchar el mismo discurso del jefe de sector, “el enfoque del español debe ser comunicativo y funcional... los propósitos de la asignatura nos dicen..., las estadísticas de los resultados de la Olimpiada del conocimiento y de la Ruta de la Independencia arrojan resultados reprobatorios... todo porque los docentes de nuestra región no comprenden lo que los planes y programas nos dicen.” Todo era (y sigue siendo) responsabilidad del maestro frente a grupo, este ejemplo nos sirve para ilustrar la incapacidad de nuestros inmediatos superiores para poder, junto con nosotros, encontrar alternativas de solución a los problemas de enseñanza-aprendizaje en nuestras escuelas. Pero más allá de esto, la incapacidad de éstos para poder replantear situaciones acordes con nuestra realidad; queda claro que el objetivo es reproducir lo establecido desde nivel central, tenga o no sentido con los contextos de nuestro país.

Hablar de reformas educativas es hablar de ideas desde escritorios de unos cuantos, que la mayoría de las veces poco o nada tienen que ver con el campo educativo, por ejemplo, ¿cómo pudo un médico ser Secretarío de Educación a finales del sexenio calderonista? ¿por qué los secretarios de educación estatales, en su mayoría, han sido diferentes profesionistas y no un profesor? Considero que “los reformadores de la educación han respondido a la crisis de la educación fundamentalmente ofreciendo soluciones que pasan por alto el rol de los docentes para preparar a los educandos para ser ciudadanos activos y críticos, o bien proponen reformas que pasan por alto la intelignecia, la capacidad de juzgar y la experiencia que los docentes puedan aportar en lo que se refiere a esos temas.”1

Si la educación en nuestro país esta tan deteriorada, según las autoridades, ¿por qué los estudiantes de nuestro municipio que emigran hacia Estados Unidos alcanzan buenos y excelentes resultados académicos? Hemos conocido muchos casos de alumnos que alcanzan buenos resultados en matemáticas, por ejemplo, en el país vecino del norte. El caso concreto de uno de mis hermanos que llega a mediados de abril del 98 a la unión americana y se integra a la escuela primaria, si conocimiento del idioma inglés, donde su maestro le planteó al grupo que resolviera un problema, mi hermano lo solucionó fácilmente, pero lo interesante es que el docente le pidió que le explicara cómo había logrado dicha respuesta ya que él no sabía como hacerlo de esa manera. Por citar otro ejemplo, cuando mis familiares en edad escolar visitan México traen consigo una carpeta de tareas; me ha llamado la atención que dichas tareas, concretamente en Matemáticas, solo son la resolución de operaciones, no existen problemas que pongan en juego la decisión del alumno para aplicar tal o cual operación aritmética, predomina pues la mecanización.

La diferencia entre ese docente americano cuya finalidad o prioridad es la disciplina escolar adecuada y el trabajo de muchos docentes mexicanos que trabajamos en condiciones adversas y muchas veces con muy poco o nulo apoyo de otros agentes educativos es que tratamos de lograr en nuestros alumnos el despertar de la creatividad, hacer alumnos críticos y reflexivos ante situaciones reales de su vida y para la resolución de problemas de la misma vida cotidiana.

No podemos decir que todo el magisterio trabajemos de esa manera, pero si puedo afirmar que para muchos de nosotros, a pesar de las reformas educativas impuestas donde no se nos toma en cuenta para articularlas, aunque la infraestrutura escolar no sea la adecuada, aunque se quiera implementar un objetivo común en todo el país como el uso las TIC's y existan escuelas y comunidades que aún no cuentan con energía eléctrica, etc., existiremos maestros que buscaremos la manera de lograr que nuestros alumnos sean creativos, críticos y reflexivos, luchando contra todo por el simple hecho de despertar conciencias.

Cuando los profesores “cuestionan críticamente los planes de estudio vigentes en las escuelas, el “curriculm oculto”, la elaboración de políticas a nivel local y estatal, la forma y contenido de los libros de texto y las condiciones de trabajo de los docentes”2 podemos estar en la dirección de poder reorientar el trabajo hacia concretar una sociedad crítica creativa y no solamente ser reproductores de lo que establece una élite de acuerdo a intereses de esferas de poder, de lo que representamos de acuerdo a los intereses económicos, políticos, ideológicos, etc.

La determinación de los colegios de maestros en las instituciones escolares para debatir y poner en tela de juicio estos temas y otros, el integrar a otros agentes sociales en la búsqueda de soluciones, es el inicio para demostrar ante la misma sociedad que los docentes no somos solo un instrumento de reproducción para el logro de perfiles de egreso de niveles educativos que buscan formar ciudadanos ideales y útiles para una economía y estructura social que beneficie a unos cuantos.

En la actualidad y en cualquier momento de la historia debemos ser críticos de las metas que persiguen planes y programas de estudio. El maestro debe tener la capacidad de reorientar su práctica hacia planos que permitan continuar con la creatividad de los individuos, con la crítica y reflexión en todo sentido para beneficio de la sociedad, de sus alumnos.

BIBLIOGRAFÍA.

  1. ARONOWITZ Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del intelectual transformador.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
1ARONOWITZ Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del intelectual transformador.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p. 161
2Idem. p. 183

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