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miércoles, 20 de febrero de 2013

El maetro un todologo...que trabaja mucho y come poco.


     La vocación palabra directamente ligada a labor pastoral eclesiástica, así es como se Emilio Tenti Fanfani, define nuestra trabajo de profesores, ¿cuántos profesores trabajamos por vocación,  por amor al arte de la enseñanza?, ¿Será esta ideología de labor heroica la contraparte la vida real de nuestras aulas?

 
La sociedad actual, quien  exige entrega total  hacia este trabajo es quien se ha encomendado de adjudicar estos conceptos,  nosotros como participes directos en esta labor somos quienes mantenemos este concepto vigente.


La globalización trajo consigo los hogares comandos por los medios de comunicación y padres laborando, y  paulatinamente la permanecía de los niños y jóvenes de nuestro país en nuestras instituciones se hizo necesaria, de este modo los profesores deben tener consigo la vocación innata, para satisfacer las exigencias sociales.

 

  La ideología se promueve desde hace mas de cien años y aun se conserva, pues  las malas condiciones laborales  tanto en las políticas constitucionales sobre el trabajo del profesor así  como en  el SENTE y  algunos  organismos que se involucran en el ramo educativo, han recompensado esta difícil labor con  la bonita frase de “los verdaderos maestros son los que tienen vocación”.

 

Irónicamente la labor del profesor es la más despreciada en el campo profesional, el mismo docente reconoce sus escasos triunfos en la práctica,  la sociedad se mantiene al margen de lo que acontece en la vida magisterial.

En los últimos años la campana  en los medios de comunicación en contra el profesor y su trabajo a se ha manifestado en la falta de credibilidad  de nuestra  sociedad, de esta gran labor que se nos ha encomendado ya que hay que rendir cuenta de las carencias de lo que le suceda al pueblo.

Los profesores  somos  los responsables de esta falta de estructura solida en nuestro país, pues los maestros a quien se les ha dado la tarea de fungir como disípalos a seguir, somos los responsables de las carencias y malos funcionamientos de México.

Sin embargo no hay una escrupulosa búsqueda de síndromes sociales que ayuden a tener un amplio panorama para proponer soluciones a este país lleno de carencias.

 

Desde ya hace algunos años se proponía unificar las ideologías con la idea de manipula las grandes masas con el lema de formar mexicanos íntegros, en el que la educación se desligara aparentemente de la iglesia;

 La elite ideo un estrategia de homogenealizacion social, con comandos encaminados a aprender lo que un ser debería saber para tener una buena vida, aunado a este plan el profesor debería ser un ejemplo de vida, en todos los aspectos, pero como esto era una gran exigencia para un profesor se le compensa con la ideología de obtener grandes satisfacciones morales, por su vocación, ya que las cuestiones económicas siempre se han encaminado a otros ramos laborales, y en la ecuación las apariencia es la que reina.

En nuestros centros de trabajo nosotros somos testigos de la realidad del profesorado, las tantas exigencias sociales, educativas y administrativas que son compensadas con un discurso a fin del curso diciendo que somos los únicos capases de hacer cambios en nuestra sociedad, son solo una muestra de la gran exigencia que se le exige a ese maestro de vocación innata que se debe olvidar de su vida para atender a las ordenes de un organismo manipulado por algunos cuentos.

El estado Mexicano ha tenido altibajos que son reflejados en la sociedad, una sociedad básica decadente de valores, de humanismo, de prosperidad, una sociedad quieta y receptiva ante las condiciones en que vivimos, pero hay que agazapar las acciones gubernamentales y empapelar a los profesores en esta triste situación.

Es triste escuchar en los encabezados de un noticiero como las notas informativas recalcan algún problemas escolar para poner dar pie a las criticas sociales, estas acciones  son programadas de antemano por agentes externos al gremio educativo, sin embargo los profesores tenemos que demostrar que no somos los únicos culpables de que las cosas no nos favorezcan como nación, debemos de demostrar a la sociedad por medio de nuestro trabajo que somos seres que trabajamos muchos y comemos poco, para que no seamos los aparentes culpables de la sociedad quebrantada en la que vivimos.

 

 Emilio Tenti Fanfani, El oficio del maestro

 

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