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lunes, 17 de junio de 2013

Ensayo integrador del semestre.

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL
UNIDAD 321, SEDE ZACATECAS, SUBSEDE TRINIDAD GARCÍA DE LA CADENA.


SEMESTRE IV.
SEMINARIO: SUJETO, INSTITUCIÓN Y PROCESOS EDUCATIVOS.


ASESOR: MTRO. HUGO ÁVILA GÓMEZ.




MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
CON CAMPO EN FORMACIÓN DOCENTE.

Una mirada hacia mi formación y práctica docente.
¿Cuál es mi perfil docente? ¿Cómo es mi práctica docente? ¿Por qué transformar la vida escolar? ¿Cómo influye mi formación y mi práctica docente en el trabajo diario para desarrollar la competencia comunicativa en mis alumnos?


PRESENTA:

Macario García Castro.



T. GARCÍA DE LA CADENA, ZACATECAS.
JUNIO 9, 2013.


Una mirada hacia mi formación y práctica docente.
¿Cuál es mi perfil docente? ¿Cómo es mi práctica docente? ¿Por qué transformar la vida escolar? ¿Cómo influye mi formación y mi práctica docente en el trabajo diario para desarrollar la competencia comunicativa en mis alumnos?

  1. ¿Cuál es mi perfil docente?
Risas, escuela y campo son tres factores que han estado muy cerca de mi desde que tengo uso de razón, mis excompañeros de la primaria, secundaria, nivel medio superior y superior me recuerdan por mis carcajadas peculiares que me distinguían de los demás; ingresé a la edad de cinco años a la escuela primaria porque no quice permanecer en el jardín de niños, toda mi vida como estudiante, desde la primaria hasta el nivel superior, he estado combinando los libros con el trabajo de campo, por las mañanas a la escuela y saliendo a darle de comer a las vacas, a cortar pastura, a moler, a revisar cercos o buscar ganado extraviado. Siempre en el campo y haciendo las tareas escolares.

Tal vez era muy duro para mi separarme de mi madre cuando me llevó por primera vez al jardín de niños, que no me pudo dejar en el plantel porque no paré de llorar y no me solté de ella, un segundo intento al siguiente día y logró dejarme en el jardín de niños, pero solo por un rato, a la hora del recreo me escape junto con una prima y un vecino, ese fue mi paso por preescolar.

Meses después ingresé a la primaria como oyente, no fue fácil quedarme en dicha escuela, pero sabía de alguna manera que debía estar ahí. Mi maestro de primer grado, el maestro Manuel, era una persona que estimaba mucho, era mi profe y yo me esmeraba en hacer las tareas encargadas, me enojaba cuando no me salían los trabajos a la perfección (desde el punto de vista de un niño de cinco años), yo necesitaba hacer mis trabajos y hacerlos muy bien. Al final del ciclo escolar el director de la escuela le dijo a mi padre que había pasado a segundo grado, que finalmente me pudieron inscribir y que había cumplido los requisitos para acceder a otro grado. Lo que más recuerdo de mi maestro de pirmer grado es que lo quería, lo estimaba, pero no entendía por qué cuando dos compañeros se peleaban tenía que darle un otate (una especie de carrizo) al perdedor para que diera tres azotes sobre las manos a cada uno de los compañeros del grupo, si te movías eran tres por ambos lados y así podía aumentar un castigo que no mereciamos.

Segundo y tercer grado fueron para mi buenos años, tal vez los mejores de la escuela primaria, la maestra Chuy era muy paciente, agradable y las cosas de la escuela eran aún más fácil por su ayuda, por su presencia. Era estricta, debiamos hacer los trabajos encargados y no dejarlos a medias, pero no había golpes de por medio.

Cuarto grado fue un cambio, el profe Sigi era un maestro nuevo, le gustaba jugar con nosotros y nosotros lo seguiamos a donde el fuera, incluso mcuhas veces caminabamos con él regreso a casa mientras platicabamos. Siempre tuve miedo el primer día de clases, mi miedo a que me tocara la maestra Hortencia, porque decían que era muy estricta y corajuda, tiene un lunar en la cara que yo creía que era sangre acumulada de los niños que chupaba; lo bueno era que no me había tocado como maestra. Quinto grado fue tránquilo, a pesar de que los quebrados no resultaron ser tn difíciles como decían mis primos, el profe Juan era muy preguntón, preguntaba sobre mi familia, la de mis amigos, a veces no encontraba el sentido de sus preguntas, pero era tranquilo. Paso el quinto grado y el primer día de clases del último año en la primaria me llevé un gran susto, el miedo me invadió, la maestra Hortencia sería mi maestra durante todo el sexto grado; fue un momento, un día de mucha tensión, pasaron los días y los meses, ella si era estricta, regañona, pero no le chupaba la sangre a los niños.

En la escuela secundaria es diferente, los maestros están en el grupo solo por una hora y cambian en seguida, no se puede establecer una gran relación con algún maestro porque no están contigo todo el día, eso creo. Tuve buenos maestros que me guiaron en mi trayecto en este nivel educativo, otros no tanto, que solo querían quedar bien con unos cuantos, a final de cuentas salimos bien librados.

Después de la secundaria dejé un año sin estudiar porque, aunque me interesaba continuar mis estudios, no creía que fuera bueno el servicio que ofrecía el recien abierto Colegio de Bachilleres; el hecho de ir a clases por la tarde, que los maestros trabajaran por la mañana en otro espacio y el no tener un local propio, hacían que creyera que no tenía futuro estudiar en esa institución. En ese año me dedique por completo a ayudar a mi padre en las tareas del campo, al final del ciclo vino el director del plantel a invitarme a cursar con ellos el nivel medio y superior, no tenía otra alternativa, era mi única opción ante la falta de recursos para tener otras alternativas para estudiar. Tuve muy buenos maestros, me ayudaron a seguir formándome como persona, pero al final de esta etapa ¿qué iba a hacer?, no tenía recursos para poder continuar mi formación; terminé ese nivel educativo y me quedé con las ganas de iniciar la carrera de medicina.

Meses después de concluir el bachillerato cubrí dos interinatos en segundo grado de primaria, eso fue el detonante para aceptar la invitación de mis amigos a cursar la Licenciatura en Educación Primaria en la Escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” de San Marcos, Loreto, Zacatecas; de alguna manera me había gustado el trabajo docente y ahora comenzaba una nueva etapa en mi formación.

Es muy interesante para mi hacer un alto en este momento de mi vida profesional para recordar y rescatar situaciones interesantes que han ocurrido a lo largo de casi catorce años de servicio, de igual manera, el poder detectar rasgos de mi formación antes de la escuela normal que están presentes en mi práctica docentes actual. Parece sencillo poder explicar en unas líneas un trabajo realizado, pero es complejo poder explicar cómo ha sido nuestra formación, sin embargo, lo importante en este trabajo es tratar de dar una panorámica, o algunos datos que puedan explicar cómo ha sido nuestra formación antes de ingresar a la escuela normal.
¿Soy un extraño sociológico en mi lugar de origen?

Cursar el bachillerato fue un detonante en nuestro interés por estudiar medicina o alguna carrera que tuviera relación con este estudio, estuvimos tratando de investigar sobre cómo acceder a dichos estudios buscando algún tipo de beca que hiciera menos gravoso los gastos de éstos para la familia. Sin ninguna orientación en el bachillerato sobre escuelas que ofertaran algún tipo de becas y con el pleno conocimiento de que sería un sacrificio enorme para la familia el intentar siquiera ingresar a la universidad para estudiar medicina, nuestra mejor opción sería esperar un poco para luego seguir el rumbo de muchos jóvenes de entonces y de hoy, buscar mejores horizontes en la Unión Americana.

Decidir un cambio en el proyecto de vida respondió al improvisado trabajo como docente interino en una escuela de nuestro lugar de origen. Además de la invitación de dos amigos a la Escuela Normal Rural “Gral. Matías Ramos Santos” quienes me explicaron que los alumnos de dicha escuela contaban con una beca amplia para desarrollar los estudios. Intentamos y solo yo accedí a dicha institución de diez que hicimos el intento.

Para ese entonces todo mundo me conocía por mi nombre, una persona común y corriente entre la sociedad de mi pueblo. Una vez iniciados mis estudios en la escuela normal la mayor parte del tiempo estaba fuera y solo regresaba a casa en vacaciones o fechas especiales hasta antes de la partida de mi familia hacia los Estados Unidos. Una vez egresado, en nuestro primer centro de trabajo como profesional, era agradable que la gente te llamara maestro, que te tomaran en cuenta en las decisiones comunitarias o simplemente te pidieran un punto de vista. Allá, en la comunidad donde laboraba era el profesor o maestro y, al mismo tiempo, en mi terruño, seguía siendo Macario o Maco; los familiares, los amigos de mis padres, los vecinos siempre me habían llamado por mi nombre, era muy diferente el rol social que jugaba en ambos lugares.

Después de varios años de trabajo en la educación, frente a grupo o al frente de programas como Escuelas de Calidad, Programas Compensatorios, etc., en la región educativa de Tlaltenango, Zacatecas, algunas personas de mi pueblo comenzaban a llamarme de manera distinta, ahora no era Macario, era el profesor o maestro Macario. Una vez que regreso a mi pueblo para integrarme a la administración municipal todo mundo me llamaba profesor o maestro Macario; algunas personas de las comunidades llegaron a pensar que no era originario de García de la Cadena, pensaban que había venido de Guadalajara para apoyar en el trabajo a esa administración. Me había convertido en el extraño sociológico del que habla Lerena.

Pertenecer a ese reducido grupo de personas que nos dedicamos a la docencia me ha dado satisfaciones profesionales pero también considero que me ha alejado de un grupo social. Cuando platico con personas que conozco de toda la vida y de pronto ellos me llaman profesor o maestro siento que instalan una enorme barrera entre ambos que impide desenvolverme con la confianza que antes lo hacia al hablar con ellos. Sin embargo, cuando hay la suficiente confianza me atrevo a decirles que soy el Macario de siempre, el mismo que iba a ordeñar vacas y a encerrar becerros con ellos, el que cortaba maíz y lo molía pastura para el ganado, igual que ellos; le digo que mi trabajo se desarrolla en el aula pero fuera soy el mismo de siempre.

No considero ser un representante de la cultura urbana ni mucho menos pertenecer a una microburguesía, sin embargo, tal vez nuestro mucho transitar por diferentes lugares, estar en contacto como estudiante con personas de diferentes lugares del estado, me hicieron modificar mi forma de vida, aprender nuevas costumbres, tal vez es mi imaginación. Pero de una cosa estoy seguro, para muchos no soy el mismo de antes, ni lo seré, mi profesión me ha convertido en un extraño sociológico, incluso para muchos de mi misma familia. Pero también nueva familia va apareciendo cada ciclo escolar, estar a cargo de un grupo significa para mi compromiso; me preocupan los problemas que tienen los niños, trato de ayudarles cuando se requiere y veo que el afecto en la escuela es un ingrediente especial que no aparece en planes y programas de estudio.

¿Cómo se da la vivencia escolar de la aplicación de políticas educativas homogeneizadoras y uniformizadoras? ¿qué se pretende con ellas?

Después de la Revolución Mexicana de 1910 se busca la homogeneización y uniformación de las políticas educativas teniendo el control el gobierno federal. Se pretendía en su inicio unificar una ideología en todo el país, es decir, buscar ese elemento que diera solidez a los diferentes reclamos y exigencias sociales de esa época. Construir la nación a partir de políticas homogéneas en toda la república mexicana.

En la actualidad, desde una perspectiva muy personal, consideramos que las políticas educativas homogeneizadoras y uniformizadoras siguen respondiendo a intereses particulares de las clases políticas que mantienen el poder de nuestro país, que requieren de cierto perfil del ciudadano que encaje en su modelo de nación, el que ellos requieren y necesitan.

Las políticas educativas actuales, aún no descentralizadas del todo dado que la federación continua teniendo el control del sistema, funcionan en una especie de cascada; desde nivel central se generan los programas y proyectos educativos que se aplicarán en todo el territorio mexicano; una vez elaborados, los representantes de la educación en cada estado se encargan de llevar dichas ideas hacia sus terrenos respectivos donde ahí se reproducirá el mandato a los coordinadores regionales, jefe de sector, supervisores y directores y éstos a su vez a los docentes frente a grupo. Pero la realidad no es así de simple, la imagen central se distorsiona en cada escalón en el cual se reproduce el mandato, cada sector interpreta los programas de acuerdo a intereses. “El conflicto de intereses y argumentaciones revela la emergencia de un nuevo actor en la estructura social del México moderno: el maestro profesional.”1

Los docentes frente a grupo cumplimos órdenes diversas sobre cómo desarrollar nuestro trabajo, somos ejecutores y receptores, pero pocas veces, o mejor dicho, nunca, se toman en cuenta nuestros puntos de vista para la elaboración de planes y programas adecuados a los contextos en los que trabajamos.

Considero que el Programa Escuelas de Calidad y los Programas Compensatorios han tratado de dar cierta libertad a los docentes para formular sus propios proyectos escolares; partir desde las necesidades y fortalezas propias de cada centro escolar, pero siempre existe ese hilo negro que maneja y da rumbo a la educación en nuestro país.

He laborado en diferentes centros de trabajo: unitarios, bidocentes y de organización completa, y cada uno de esos centros escolares tienen sus propias particularidades, su propio contexto social, y por lo tanto, los resultados obtenidos académicamente son distintos en cada uno de ellos.

Durante mi trabajo como asesor técnico rural en la Supervisión Escolar No. 56 de educación primaria, con cabecera en Téul de González Ortega, fui testigo de los señalamientos del jefe de sector hacia aquellas escuelas que obtenían bajos resultados académicos en la prueba Enlace, en dichas críticas solo se pronuncian señalamientos desde lo cuantitativo, no existe un análisis de la movilidad de los maestros en ciertas zonas escolares, los contextos, las carencias de las comunidades, en fin, se nos pone en competencia contra todo un universo de escuelas a nivel nacional, tengamos o no dificultades laborales o desventajas frente a escuelas con mejores situaciones; ENLACE es una prueba estandarizada que pretende medir los alcances de la homogeneización y uniformización de la educación en el país por encargo de la OCDE.

Frente a tanta exigencia de nuestras autoridades educativas en su afán de alcanzar los objetivos que se plantean a nivel central el maestro común solo tiene la alternativa de cumplir las órdenes de los superiores o hacer todo lo que esta a su alcance por lograr que sus alumnos adquieran herramientas que le sean útiles para su vida, con el gobierno, sin el gobierno y a pesar del gobierno y sus políticas educativas.


¿Es la profesionalización docente una exigencia para lograr la calidad educativa? o ¿es el Estado quien debe ofertar la calidad educativa de manera integral?

La formación del profesorado no corresponde únicamente a la etapa de formación profesional, los profesores arrastramos una historia en nuestra formación, historia que inicia en nuestra incursión en los primeros centros escolares a los cuales asistimos desde pequeños, es decir, en ocasiones reproducimos conductas o situaciones que vivimos como estudiantes.

De esta manera, algunas veces viene a mi mente el hecho de querer tener un grupo “ordenado” a la usansa de más de treinta años, donde el grupo ordenado era el que estaba bien sentado en su banca, casi sin moverse, el alumno que leía bien no era el que comprendía, era el que se paraba derechito, tomaba el libro de acuerdo a la indicación de lso maestros y cambiaba de página tomando las hojas adecuadamente. Ahora, después de tratar de entender la psicología del niño, entendemos que puede estar tirado de panza haciendo sus actividades y es un alumno ordenado, siempre y cuando no interfiera con el desarrollo de las actividades de sus compañeros.

La profesionalización del magisterio ciertamente es un aspecto que influye en la calidad educativa, en el supuesto de que mejor preparación del profesorado puede contribuir a elevar la calidad de la educación, pero ¿es suficiente que los profesores tomen la determinación de continuar preparándose para que se de la calidad educativa? ¿necesita el Estado proveer los medios indispensables para lograr el cambio en la calidad educativa?

La mayoría de las veces, quienes nos dedicamos a la docencia, tenemos que enfrentarnos a la realidad solo con nuestros conocimientos y los pocos materiales didácticos que podamos conseguir dado que nuestras escuelas, en pleno siglo XXI se encuentran con serías dificultades y carencias que van desde la infraestructura hasta servicios básicos necesarios para el funcionamiento decoroso de las instituciones educativas.

La calidad educativa se puede describir desde varios ángulos, pero desde la pedagogía, se puede relacionar “la calidad de la enseñanza con modelos de comportamiento personal de los profesores e institucionales del centro escolar, de acuerdo con los modelos pedagógicos que reflejan supuestos filosóficos, psicológicos y pedagógicos diversos.”2 De acuerdo con Sacristán, la calidad de la educación puede medirse con la satisfacción subjetiva que proporciona a sus usuarios y especialmente en términos de satisfacción profesional de los profesores y de los grupos sociales que reciben sus supuestos beneficios.

Lo anterior lo podemos ilustrar con nuestro trabajo realizado en la comunidad de La Mesa Grande, Santa María de la Paz, Zacatecas; laborar en dicha comunidad fue un reto personal, luchar por mejorar la calidad de la educación vista desde la mirada de los usuarios, de su gente, de lo que se requería desde la comunidad, no desde el escrutino cuantitativo de jefes de sector o de región en relación a los resultados de evaluación que exige el sistema. Aunque es una comunidad muy cercana a la cabecera municipal y a otros poblados más grandes como Téul, Tepechitlán y Tlaltenango, y pudieramos pensar que existen las condiciones para desarrollar un buen trabajo docente, la realidad fue distinta, alfabetizar alumnos que ya cursaban tercero o cuarto grados, incluso algún alumno de quinto grado, fue uno de los problemas que enfrentamos, sin contar con las diferentes carencias en infraestructura, el bajo nivel educativo de los padres de familia y las condiciones socioculturales tan limitadas del contexto comunitario.

Nuestro trabajo fue arduo en le sentido de lograr que los alumnos adquirieran aprendizajes, que se apropiaran de herramientas útiles y necesarias, aplicables en su contexto social, en su vida personal. Los resultados fueron lentos y estamos conscientes que se requería más ciclos escolares para poder nivelar los alumnos de ese tiempo, solo trabajamos dos ciclos escolares y los frutos de hicieron presentes, desde la óptica personal y de la sociedad de dicha comunidad. Para las autoridades educativas solo importaba, y debe seguir importándoles, los números que arrojan las mediciones estandarizadas como la prueba ENLACE, sencillo era para ellos señalar que la institución escolar continuaba por debajo de la media nacional, pero no era importante observar que el nivel porcentual de logros iba hacia arriba y estaba ya lejos de los logros obtenidos antes de nuestra llegada a la institución.

“Los profesores deben enfrentarse a una creciente diversidad de situaciones y de alumnos, trabajando en instituciones homogeneizadoras, bajo modelos metodológicos uniformizantes y educados ellos mismos en esas condiciones, incluso durante el proceso de formación profesional como docentes.”3 El profesor comprometido con la niñez a su cargo busca las alternativas para poder lograr los propósitos planteados, con la ayuda, sin la ayuda y a pesar de la ayuda del sistema.
En nuestra opinión, someternos de manera obligada a cursos y talleres no es una garantía de mejora de la calidad de la educación; la mayoría de las veces dichos cursos son estandarizados y son de poca utilidad para el profesorado, lo interesante sería buscar la actualización y profesionalización desde lo que el docente requiere, lo que requiere el contexto social donde labora, después de un diagnóstico particular de la situación laboral; por citar un ejemplo ¿de qué sirvió tomar un curso de Enciclomedia si en algunos casos no había energía eléctrica en las comunidades? ¿para qué dotar de este tipo de equipos tecnológicos si no hay infraestructura eléctrica? Es cuestión de tener congruencia.

Podemos citar otro ejemplo, hace pocos años asistimos a un taller de la RIEB donde preguntamos a la cordinadora ¿cómo podriamos trabajar la RIEB en grupos multigrado? a lo que nos respondió que no hay nada claro y preciso para trabajar la RIEB en este tipo de escuelas, ¿qué nos da como mensaje esta respuesta? sencillo, cada gobierno da su propio pincelazo a la educación del país, sin trazar proyectos a largo plazo, transexenales, lo que pregonan en los medios es mera publicidad, cuando la realidad, para el caso de quienes hemos trabajado en grupos multigrado es buscar de acuerdo a nuestras posibilidades, alternativas que nos ayuden en nuestro trabajo, medios que no proporciona el Estado para poder brindar un mejor servicio, es decir, ellos mismos entorpecen los procesos de enseñanza aprendizaje y, por lo tanto, estancan la calidad de la educación, cuando pretenden estandarizar planes y programas de estudios para todas las escuelas del país por igual, y peor aún, cuando no existe un rumbo a seguir, como por ejemplo en el caso de las escuelas multigrado de acuerdo a la RIEB.

Los resultados favorables se podrán generar de acuerdo a la profesionalización de cada uno de nosotros, pero más que eso, al compromiso que cargamos a cuestas por sacar adelante a nuestra niñez mexicana, aún en los lugares más apartados, es decir, el maestro comprometido sacará adelante a sus educandos con o sin el respaldo del sistema educativo.

Para concluir, podemos decir que la profesionalización del magisterio es un elemento que contribuye a elevar la calidad de la educación, pero cuando cada maestro busca dicha profesionalización desde su iniciativa, desde lo que cada quien observa como necesario para mejorar la práctica educativa.

La imposición de cursos estandarizados de actualización no es garantía de calidad educativa puesto que cada centro escolar se desarrolla dentro de contextos socioculturales muy particulares donde no podemos actuar de manera similar como docentes.

El Estado, si tiene un verdadero compromiso por elevar la calidad educativa, debe proporcionar mínimamente los medios necesarios, llámese infraestructura adecuada, medios didácticos, tecnologías de la información y la comunicación aplicadas a la educación, etc., para poder empatar ésto con los esfuerzos del personal docente de las escuelas y lograr una calidad educativa desde la mirada de los usuarios, desde la mirada y la utilidad de los aprendizajes que le dará la niñez de nuestro país.

Del gis y la pizarra a los pizarrones electrónicos y los proyectores,
¿es el docente un simple reproductor de ideas o puede generar por si mismo el cambio educativo?

El trabajo docente ha sido la vía por la cual el Estado a logrado intereses particulares de élites a lo largo de la historia de los paises, en particular del nuestro. De esta manera podemos hacer una revisión y verificar que los propósitos educativos han respondido a una ideología propuesta y necesaria para lograr los fines del Estado.

Nuestro trabajo en el aula ha dependido de las ideas que especialistas configuran en planes y programas de estudio; métodos de enseñanza diferentes que tenemos que asimilar y ejecutar, órdenes de nuestros inmediatos superiores, una reproducción de esquemas ajenos a nuestra realidad y muchas veces contradictorios con nuestra concepción de la vida, con las necesidades e inquietudes de nuestros alumnos.

Hace algunos años formamos parte de un colegiado regional respecto al trabajo en aulas multigrado, cada reunión era escuchar el mismo discurso del jefe de sector, “el enfoque del español debe ser comunicativo y funcional... los propósitos de la asignatura nos dicen..., las estadísticas de los resultados de la Olimpiada del conocimiento y de la Ruta de la Independencia arrojan resultados reprobatorios... todo porque los docentes de nuestra región no comprenden lo que los planes y programas nos dicen.” Todo era (y sigue siendo) responsabilidad del maestro frente a grupo, este ejemplo nos sirve para ilustrar la incapacidad de nuestros inmediatos superiores para poder, junto con nosotros, encontrar alternativas de solución a los problemas de enseñanza-aprendizaje en nuestras escuelas. Pero más allá de esto, la incapacidad de éstos para poder replantear situaciones acordes con nuestra realidad; queda claro que el objetivo es reproducir lo establecido desde nivel central, tenga o no sentido con los contextos de nuestro país.

Graciela Messina nos dice que instalar la investigacion en la escuela o en la educación no formal, no como un proyecto profesionalizante y separado del resto, sino como una manera de estar en el mundo, de hacer educación, de dejar de ser el maestro explicador, el traductor de teorías ajenas, para devenir en el que acompaña y permite al otro buscar. “La investigación es antes que nada una experiencia, algo que nos pasa, nos cambia, nos penetra, nos recrea, así como la lectura es una experiencia, la experiencia de la lectura, donde el lector y el autor se entremezclan.”4 A esto me refiero cuando digo que lo importante es buscar formas para que el alumno investigue, reflexione, critique, busque y encuentre las respuestas a sus propias preguntas, con mi ayuda como un orientador, al igual que yo en lo personal, sobre asuntos que nos inquietan, que nos van a ser útiles en nuestra vida diaria, en el contexto real; que no suceda como a mi en lo personal, me gustaba mucho el cálculo diferencial e integral y era bueno en eso, pero nunca supe como aplicar dichos conocimientos en mi vida, no hubo un objetivo concreto.

Hablar de reformas educativas es hablar de ideas desde escritorios de unos cuantos, que la mayoría de las veces poco o nada tienen que ver con el campo educativo, por ejemplo, ¿cómo pudo un médico ser Secretarío de Educación a finales del sexenio calderonista? ¿por qué los secretarios de educación estatales, en su mayoría, han sido diferentes profesionistas como ingenieros, licenciados y no un profesor? Considero que “los reformadores de la educación han respondido a la crisis de la educación fundamentalmente ofreciendo soluciones que pasan por alto el rol de los docentes para preparar a los educandos para ser ciudadanos activos y críticos, o bien proponen reformas que pasan por alto la inteligencia, la capacidad de juzgar y la experiencia que los docentes puedan aportar en lo que se refiere a esos temas.”5

Si la educación en nuestro país esta tan deteriorada, según las autoridades, ¿por qué los estudiantes de nuestro municipio que emigran hacia Estados Unidos alcanzan buenos y excelentes resultados académicos? Hemos conocido muchos casos de alumnos que alcanzan buenos resultados en matemáticas en el país vecino del norte. El caso concreto de uno de mis hermanos que llega a mediados de abril del 98 a la unión americana y se integra a la escuela primaria, sin conocimiento del idioma inglés, donde su maestro le planteó al grupo que resolviera un problema matemático, mi hermano lo solucionó fácilmente, pero lo interesante es que el docente le pidió que le explicara cómo había logrado dicha respuesta ya que él no sabía como hacerlo de esa manera. Por citar otro ejemplo, cuando mis familiares en edad escolar visitan México traen consigo una carpeta de tareas, me ha llamado la atención que dichas tareas, concretamente en Matemáticas, solo son la resolución de operaciones, no existen problemas que pongan en juego la decisión del alumno para aplicar tal o cual operación aritmética, predomina pues la mecanización.

La diferencia entre ese docente norteamericano cuya finalidad o prioridad es la disciplina escolar adecuada y el trabajo de muchos docentes mexicanos que trabajamos en condiciones adversas y muchas veces con muy poco o nulo apoyo de otros agentes educativos es que tratamos de lograr en nuestros alumnos el despertar de la creatividad, hacer alumnos críticos y reflexivos ante situaciones reales de su vida y para la resolución de problemas de la misma vida cotidiana.

No podemos decir que todo el magisterio trabajemos de esa manera, pero si puedo afirmar que para muchos de nosotros, a pesar de las reformas educativas impuestas donde no se nos toma en cuenta para articularlas, aunque la infraestrutura escolar no sea la adecuada, aunque se quiera implementar un objetivo común en todo el país como el uso las TIC's y existan escuelas y comunidades que aún no cuentan con energía eléctrica, etc., existiremos maestros que buscaremos la manera de lograr que nuestros alumnos sean creativos, críticos y reflexivos, luchando contra todo por el simple hecho de despertar conciencias.

Cuando los profesores “cuestionan críticamente los planes de estudio vigentes en las escuelas, el “curriculm oculto”, la elaboración de políticas a nivel local y estatal, la forma y contenido de los libros de texto y las condiciones de trabajo de los docentes”6 podemos estar en la dirección de poder reorientar el trabajo hacia concretar una sociedad crítica, creativa y no solamente ser reproductores de lo que establece una élite de acuerdo a intereses de esferas de poder, de lo que representamos de acuerdo a los intereses económicos, políticos, ideológicos, etc.

La determinación de los colegios de maestros en las instituciones escolares para debatir y poner en tela de juicio estos temas y otros, el integrar a otros agentes sociales en la búsqueda de soluciones, es el inicio para demostrar ante la misma sociedad que los docentes no somos solo un instrumento de reproducción para el logro de perfiles de egreso de niveles educativos que buscan formar ciudadanos ideales y útiles para una economía y estructura social que beneficie a unos cuantos.

En la actualidad y en cualquier momento de la historia debemos ser críticos de las metas que persiguen planes y programas de estudio. El maestro debe tener la capacidad de reorientar su práctica hacia planos que permitan continuar con la creatividad de los individuos, con la crítica y reflexión en todo sentido para beneficio de la sociedad, de sus alumnos.

¿Incentivos docentes u obstáculos laborales?

La reformas vividas en mi trayectoria profesional las considero como un aumento en la burocracia del sistema educativo de nuestro estado; cada vez asfixian a los docentes con trámites y cursos que no aterrizan en un cambio verdadero en la calidad de la educación. En el 99, cuando me integré al servicio, conté con una clave E3 dentro de los programas compensatorios, el objetivo era que los maestros nos arraigaramos en las comunidades donde prestabamos nuestro servicio e implementaramos estrategias para abatir el rezago educativo, entre otras cosas; ante lo difícil que resulta el trabajo multigrado una forma de abatir el rezago (no la más adecuada) fue dividir el grupo en dos, primero, segundo y tercer grado los atendía por las mañanas y cuarto, quinto y sexto por las tardes. En el 2000, dicho incentivo a los maestros cambió por REDES, haciendo categorías de escuelas y estableciendo montos de acuerdo al tipo de organización de cada centro escolar, de esta manera el monto más alto era para los docentes que trabajaban en escuelas unitarias, en seguida estaba la categoría de escuelas bidocentes y y tridocentes, luego las tetradocentes y pentadocentes, y finalmente la categoría de quienes trabajaban en escuelas de organización completa. Mismos encargos adminsitrativos para todas las escuelas, incentivos diferenciados de acuerdo a la organización de cada uno de los centros escolares.

El trabajo dentro de este programa compensatorio ha tenido que ver asuntos relacionados con el rezago escolar, fomento de la cultura y el deporte, etc., actualmente esta vigente el programa, cada día más atiborrado de asuntos administrativos, envío de informes preestablecidos por la instancia estatal, documentos que solo entorpecen el verdadero trabajo frente a grupo. Los montos siguen siendo los mismos desde hace aproximadamente 13 años, por su parte, aunque son convenios que supuestamente se firman si hay consentimiento del docente, el gremio magisterial continua trabajando bajo esta estructura porque la situación socioeconómica lo amerita o porque si no se firma dicho convenio habrá señalamientos de los inmediatos superiores hacia los docentes; se ha visto como supervisores y jefes de sector inician una “supervisión” más personalizada a los docentes que deciden no participar en estos programas, solo a manera de fiscalizar y no proponen alternativas para mejorar el trabajo en el aula.

En otro sentido, las reformas educativas, respecto a lo verdaderamente pedagógico, no han sido otra cosa más que cambio de nombres a programas, todos los cambios se han orientado bajo la corriente constructivista; lo que antes se llamaba enfoque funcional ahora es una competencia, en fin, el mismo asunto, solo que los materiales que aporta la SEP son cada vez de menor calidad en su contenido. En lo personal, he vivido reformas y programas que no se han consolidado, por ejemplo, la articulación de la enseñanza del Español a través de un material de lectura del cual se derivaban actividades en un libro de ejercicios, la renovación de los libros de texto estaba prevista para todos los grados de educación primaria, sin embargo solo se dió hasta el cuarto grado. En el gobierno de Fox que intentó digitalizar los libros de texto a través de Enciclomedia, solo se logró en los grados de quinto y sexto, y la gran inversión no cumplió su objetivo inicial.

Ahora estamos frente a una reforma administrativa, porque no es una reforma educativa, porque no existe una reforma a los contenidos educativos que se deben desarrollar en los centros escolares, no escucho en el discurso del ejecutivo ni del secretario de educación nada relevante respecto a investigaciones psicológicas, filosóficas o pedagógicas que oferten novedades en el campo educativo y que por lo tanto se presenten modificaciones en los planes y programas, en mi opinión, los docentes tenemos mucho que abonar si se quiere hacer una reforma educativa efectiva.

Nuestro centro escolar pronto habrá de convertirse en nuestro verdadero hogar, no el segundo hogar. Trabajar la jornada escolar dentro del Programa Escuelas de Tiempo Completo, cumplir con cursos de actualización y llevar a cabo las actividades del PATCM para intentar acceder a nuevos incentivos laborales, realmente no deja tiempo para poder realizar gran cosa fuera del ámbito educativo. “La sobrecarga es característica en todos los aspectos de las vidas escolares de lso docentes.”7 Los maestros somos los culpables del desastre educativo actual de acuerdo con nuestras autoridades, pero ¿dónde esta la responsabilidad de ellos respecto a proporcionar las condiciones necesarias para poder desarrollar nuestro trabajo dignamente? Es en primer lugar frustrante y luego risible que nos señalen y no vean que los medios con los que contamos no corresponden a las escuelas de comerciales de televisión que muestran el arranque de supuestos programas educativos de vanguardia, nuestras condiciones laborables son muy distintas, con muchas carencias y mucha exigencia administrativa para traducirla en simples estadísticas de las jefaturas regionales para señalar a los docentes sin tomar en cuenta los contextos escolares, las carencias de los alumnos, de sus familias y la ausencia del gobierno para poder mejorar las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.

Hace algunos años comencé a estudiar el idioma inglés por interés propio, no por imposición de algún curso de las autoridades educativas, terminé y busqué la alternativa de poder trabajar en educación secundaria. Para las autoridades no había validez en mis estudios realizados por más de dos años, a pesar de que la escuela en donde realicé mis estudios esta incorporada a la SEP. Con el paso del tiempo, cierto día el Centro de Maestros, (instancia encargada de desarrollar y coordinar cursos y/o trayectos formativos) me contactó para que coordinara un curso de Inglés para maestros de primaria y secundaria, acepté más por compromiso moral que por compromiso laboral, curiosamente ahora si tenía validez mi estudio realizado.

Considero que no se trata de imponer, se trata de que cada docente tenga el verdadero compromiso de servir a nuestra niñez; la imposición de cursos o programas de nada sirve si no hay compromiso de las autoridades, por ejemplo, cuando ponen al frente de éstos a personas que no tienen el perfil o que son totalmente ajenos al ambito educativo. Es triste ver una reunión estatal donde los encargados de la implementación del idioma Inglés (PNIEB) en las escuelas primarias de nuestro estado los coodinadores no tengan la preparación suficiente para desarrollar su trabajo, pero lo más importante, para lograr que se cumpla el objetivo el programa, que la niñez zacatecana se beneficie realmente en su formación integral. Lo anterior solo para ilustrar la decadencia en que se encuentran las áreas académicas de la SEDUZAC, antes Secretaría de Educación y Cultura.

Los docentes comprometidos buscan alternativas para lograr aprendizajes en los alumnos con las reformas educativas, sin las reformas educativas y a pesar de las reformas educativas.

  1. ¿Cómo es mi práctica docente?

Trataré de hacer una descripción de mi propia práctica docente. Considero que todo el trayecto formativo, desde mis primeros años en la escuela primaria hasta la actualidad, definen el tipo de maestro que soy actualmente. El maestro que de vez en cuando quiere mantener a los alumnos en su lugar, sin hacer ruido mientras hablo, que son reproducciones de mis maestros cuando cursé la educación básica principalmente; en otras ocasiones doy libertad para que los alumnos realicen sus actividades de la manera que ellos se sientan cómodos, puede ser tirados en el piso, sentados en su lugar, etc., pero lo que más trato de hacer es dejar de darle importancia al cumplimiento estricto de los planes y programas, ahora me enfoco a tratar de ayudar a mis alumnos a desarrollar inquietudes que surgen en el tratamiento de los contenidos establecidos y en situaciones de aprendizaje que ellos plantean por interés propio, que para mi es lo fundamental.

La carga laboral propia de la institución y la externa ocasiona presión sobre mi, pero he decidido retomar, a pesar de las presiones, que el alumno es el centro donde deben girar las actividades escolares, tal y como lo señala el constructivismo. El trabajo a partir de la iniciativa del alumno con la orientación adecuada del maestro, el acompañamiento nuestro en su transitar por el aprendizaje es sumamente importante para logra en los alumnos aprendizajes duraderos que les permita desarollarse como sujetos cognoscentes.

Creo que mi práctica docente no es diferente a la de los demás, solo hago lo que puedo y esta a mi alcance, con los pocos recursos que existen en la institución donde laboro y con aquellos que puedo conseguir de manera externa. Tratar de lograr en el alumno el interés y la indagación por ellos respecto a temas concretos es una de mis principales metas.

Reconozco que tengo deficiencias formativas, pero estoy consciente de poder superarlas para bien de mis alumnos. Algo importante que he aprendido a lo largo de mi trabajo profesional es que el afecto en la escuela es un ingrediente especial para que los alumnos y alumnas puedan avanzar en sus aprendizajes. Un alumno que trae problemas de su casa, donde es maltratado, no tiene atención, etc., y llega a la escuela a tener una extensión de lo que sucede en su casa ocasiona que opté por buscar una salida falsa, un refugio fuera de la escuela; sin embargo, me he dado cuenta que cuando detecto algún problema con mis alumnos, lo platicamos y trato de separar esa problemática del ámbito escolar he obtenido mayores resultados con los alumnos, es decir, su actitud cambia y su su disposición al trabajo escolar también.

Reformas educativas, disfraz de la alienación.

La práctica docente, desde el punto de vista particular de cada uno de los que ejercemos esta profesión, pudiera limitarse a las actividades que se realizan en un espacio reducido, el aula y la escuela. Espacios donde cada uno de los agentes desarrolla un rol específico, ser maestro o alumnos; donde cada uno de los agentes educativos cumplen un rol asignado desde el entorno político, desde las esferas de poder de cada país, según corresponda. Cada maestro “innova” su práctica docente y puede externarlo mediante la utilización de conceptos y expresiones desde la psicología, la filosofía, la sociología, etc.

De tiempo en tiempo surgen “cambios” que parecen responder a las necesidades y expectativas concretas de tiempos determinados y precisos. Surge la idea de renovar y todo gira en torno a esa idea, pero luego ya no responden dichas expectativas y es necesario un nuevo cambio porque se han presentado deficiencias en el sector educativo que deben superarse.

En mi experiencia profesional he sido parte de diferentes cambios en el campo educativo; durante el primer año de servicio, a finales del 99 y en el 2000, tuvimos que enfrentarnos al trabajo multigrado, tomando en cuenta que no fuimos formados para el trabajo en dichas escuelas, todo giró en el sentido de trabajo en escuelas de organización completa. Así pues, buscamos todos los medios a nuestro alcance para poder salir adelante y lograr los objetivos previstos en nuestra labor docente en las comunidades rurales. Periódicamente se llevaban a cabo reuniones colegiadas de la zona escolar en la que laborabamos; la innovación eran guías y documentos que hablaban de “gestión escolar”, trabajo colaborativo, etc., eran términos descontextualizados (o al menos no les encontraba sentido en ese momento) porque no permitían tener una visión clara sobre cómo trabajar de mejor manera en el aula multigrado, algunas veces podiamos percibir que los mismos coordinadores del curso no sabían exactamente que era lo que estaban pregonando. De esta manera era parte de un cambio educativo, de un cambio donde era un extraño, donde el actuar o deber ser era totalmente diferente a lo que mi realidad requería, lo que nuestros alumnos necesitaban para poder abrirse paso en la vida.

Conforme fue pasando el tiempo nuevos documentos tenían que ser revisados mediante la asistencia a cursos, talleres, reuniones oficiales, etc., pero seguía sin aterrizar el asunto, todo giraba en discursos y actividades que poco o nada servían para fortalecer el trabajo multigrado. Los cambios se han venido dando en cada sexenio, cada cambio de gobierno federal implica una “reforma educativa”, sea al inicio o al final de la administración, la idea, tal parece, es no dejar pasar el momento sin dar un pincelazo particular de la administración en turno en el campo educativo.

Resulta esencial discutir que para muchos, o la gran mayoría de los individuos, es conocido el papel que juega cada uno de los agentes educativos, sin embargo esto dista enormemente de la realidad. Los docentes conocen su trabajo personal, tal vez tenga idea del trabajo de algunos colegas; podemos decir algo parecido de los alumnos, todos estudian o van a la escuela a estudiar y así podemos emitir aseveraciones respecto a cada uno de estos agentes. Existen ciertas etiquetas que se otorgan a cada uno de estos agentes de manera infundada, como decir que el trabajo del docente se cumple solo en un horario específico, que un alumno es inteligente, que existen malos maestros, que una escuela es buena, etc.

A lo largo de la historia de la humanidad dicho propósito ha venido cambiando de acuerdo a las políticas de los gobiernos en turno. Suele suceder que aparezcan innovaciones en la didáctica, en las corrientes psicológicas o pedagógicas, o bien, que el gobierno en turno aplique sus propias políticas educativas como un simple pincelazo o un sello específico para distinguirse de las políticas educativas anteriores. De esta manera, para el docente comprometido con su labor, el verdadero propósito de la educación debe girar en torno al estudiante; en el sentido de entenderlo, comprenderlo y encausarlo hacia planteamientos que
le signifiquen y repercutan en su vida diaria.

La implementación de proyectos escolares es, desde nuestra concepción, la idea de cambio que trata de tomar en cuenta al docente, la comunidad escolar y su contexto como punto de partida para la solución de problemas educativos; idea muy diferente a la serie de cursos y programas que se desprenden en cascada desde nivel central hacia la periferia. Ninguna escuela es igual, el trabajo escolar es diferente de acuerdo a los contextos en los que se desarrolla, por lo tanto no se puede homogeneizar la educación.

Carrizales plantea las siguientes preguntas ¿qué buscamos cambiar? ¿en qué consiste una práctica educativa deficiente?

Consideramos, después de estar inmersos en esta aventura de conocimiento, que el cambio que realmente importa es el cambio impulsado desde nuestro propio actuar, implica hacer una autorrevisión y autorreflexión de nuestra propia práctica docente. Después de trece años de servicio y de ser testigos de reformas educativas y puesta en marcha de diferentes programas que buscan encontrar la solución a los problemas educativos, cuando en realidad solo son cortinas de humo o, más bien, pinceladas propias del gobierno en turno, nos damos cuenta que somos el producto de un sin fin de prácticas educativas que reproducimos en diferente medida en nuestra práctica diaria, agenas a nuestra realidad, agenas a las exigencias de la sociedad en que vivimos. Se requiere estar fuera de la alienación a la cual hemos estado sometidos toda una vida.

La solución a los problemas educativos y la falta de calidad en la educación puede encontrarse más cerca de lo que creemos, no esta en los discursos de dirigentes nacionales en el sector educativo, en la política en general de nuestro país. Se encuentra en la modificación de ciertas costumbres propias, en poner en tela de juicio todo lo que hemos considerado como verdad absoluta y tocar fondo respecto al autoanálisis de nuestra práctica docente.

Carrizales caracterizó la ideología alienante como la concepción falsa, de clase, hegemónica, residente en la experiencia; en donde se recrea a través de sus manifestaciones cognoscitivas, valorativas y lógicas, particularmente en las dos últimas.

Las sociedades actuales estan en constante cambio, y ese cambio repercute en la educación actual, de tal manera que como docentes debemos estar en constante autocrítica de nuestra labor para poder cumplir con las demandas sociales actuales, para lograr una verdadera transformación de nuestro sistema educativo. En la medida del cumplimento de nuestro compromiso social estamos demostrando a todos cuál es nuesta misión, cual es el sentido de nuestro trabajo. Podemos ser simples reproductores de planes y programas pero también podemos lograr que nuestros alumnos sean críticos y autocríticos de lo que acontece en la sociedad. La alienación social es una condición necesaria para el poder; el poder de decisión y transformación se encuentra en cada uno de nosotros.

A continuación describo una actividad realizada con mis alumnos enfocada en mi tema de investigación, el desarrollo de la competencia comunicativa en alumnos de segundo grado.

¿Por qué debo pedir la palabra? ¿Por qué es importante escuchar con atención a mis compañeros? ¿Qué mensajes puedo transmitir a mis semejantes a través de lo oral?

A raíz de una de muchas necesidades que tenemos en nuestra escuela, comentando con mis alumnos sobre posibles soluciones para poder adquirir un mueble para colocar los libros del Rincón de Lecturas de una manera atractiva para ellos, uno de los estudiantes comentó que sería bueno pedir ayuda a las autoridades municipales. Pasó el tiempo y en los primeros días del mes de marzo de 2013 resurgió el asunto.

El martes les dije a las niñas y niños del grupo que necesitabamos hacer una carta entre todos para presentarla ante el presidente municipal con el afán de buscar la ayuda y adquirir el mueble que ocupabamos. Comencé preguntando qué datos lleva una carta, cuál era el primero, Leslie respondió que se necesitaba escribir la fecha y el lugar; les dije que la carta la redactaría en el pizarrón con sus ideas y ellos tendrían que copiar ésta en su cuaderno, solo intervendría cuando ellos necesitaran mi ayuda, es decir, sería su secretario.

Comenzaron a expresar sus ideas que fui plasmando en el pizarrón, muchos levantaban su mano para poder hablar, otros corregían o mejoraban las ideas de sus compañeros, finalmente el trabajo escrito concluyó. Pero ahora ¿quién sería el portavoz del grupo?

Les dije a los alumnos que podría ir una comisión de estudiantes y tener una entrevista con el presidente municipal, pero ellos se negaron, todos querían ir a dicha entrevista. Una vez que les pregunté quién sería el portavoz del grupo hubo cinco voluntarios; les indique que cada uno de los voluntarios imaginaría que estaban frente al presidente muncipal y le solicitaría, sin leer el escrito, el mueble en cuestión, el resto del grupo escucharía con atención y observarían quien de ellos emitía un mejor mensaje, al final fue Adán quien mejor se expresó de acuerdo con el punto de vista de los niños y el nuestro. Hablamos a Presidencia Muncipal para saber si nos podrían atender a lo que nos respondieron que nos esperarían.

Nos dirijimos a la Presidencia Municipal, los niños iban saludando a las personas que se encontraban a nuestro paso. Llegamos a las oficinas y el Secretario del Ayuntamiento recibió a los niños, ellos saludaban de mano y decían buenos días, la oficina quedó llena; el Presidente Municipal se escuchaba que también los saludaba, mientras el Secretario del Ayuntamiento me indicaba que los recibirían en la Sala de cabildos, en eso el presidente les dijo que si querían pasar a su oficina y ellos respondieron que sí; una vez en la oficina Adán comenzó a hablar a nombre de sus compañeros y de él mismo.

Para mi es un gran éxito poder ver algunos frutos del trabajo que se realiza con los alumnos a diario, observar la fluidez de Adán al exponer la petición, la tranquilidad con la que se desenvolvió y la calidad del mensaje que estaba emitiendo, son indicadores de que los alumnos de segundo grado comienzan a comprender la importancia de escuchar a los demás con atención, de respetar los turnos de participación y de emitir y recibir mensajes.

Todos querían ir a entrevistarse con el presidente municipal, algunos querían ser los portavoces, pero solo uno tuvo la intervención a nombre de todos. No es fácil hablar y emitir un mensaje cuando de antemano se sabe que debe haber formalidad; para un niño de segundo grado hablar de esa manera es un gran logro, para todos ellos fue un éxito dirigirse a las autoridades municipales y poder ser escuchados porque el mensaje de Adán era el mensaje de todo su grupo. Poco a poco van adquiriendo una mejor competencia comunicativa.

  1. ¿Por qué transformar la vida escolar?
La razón principal para cambiar y transformar la dinámica de trabajo dentro del aula es que nuestros alumnos adquieran el conocimiento de una mejor manera, que asimilen, adapten y generen nuevas estructuras de conocimiento, no se trata de ser reproductores de contenidos o situaciones que nosotros vivimos en nuestra infancia.

Hacer esa separación de la forma de aprendizaje que vivimos y las formas actuales de los procesos de enseñanza aprendizaje resulta difícil, incluso muchas veces el constructivismo queda en el simple discurso porque se recita la psicología del niño, sus etapas de desarrollo y simplemente en las aulas seguimos reproduciendo viejas maneras de enseñanza, sobre todo conductistas.

Lograr ambientes lúdicos en el aula, que los alumnos manipulen material concreto, que apliquen sus nuevos aprendizajes en situaciones reales de su vida, son algunas de las estrategias que nos ayudan a formar alumnos críticos, analíticos y reflexivos. Los aprendizajes deben ser estructuras que permitan ampliar el conocimiento para poder acceder a nuevos aprendizajes y por ende de nuevos conocimientos, similar a una espiral.

De esta manera, en el futuro, nuestros alumnos serán ciudadanos reflexivos, podrán tomar decisiones pertinentes ante los retos que se les presenten, no serán sujetos alienados que solo sigan indicaciones y que estén al servicio del Estado, contribuirán al mejoramiento de nuestra sociedad con decisiones propias.

Los medios masivos de comunicación al servicio del Estado nos señalan a diario como los responsables del fracaso escolar, de los resultados negativos derivados de la aplicación de pruebas estandarizadas como PISA y ENLACE, pero en nosotros como agentes dentro de la educación radica el cambio; desde nuestras aulas podemos contrarrestar esa campaña de desprestigio y despertar conciencias. “Sostenemos que la interacción específica de la escuela es la relación docente-alumno, y que en esa relación el poder pertenence al docente.”8

De acuerdo con Zeichner, ser maestro reflexivo implica mayor compromiso y autocontrol, dado que se requiere destinar más tiempo para la revisión de situaciones de aprendizaje de nuestros alumnos, cuestión que también se dificulta ante la carga administrativa y los compromisos laborales que surgen en nuestra escuela. Muchas veces resulta más fácil seguir procesos o guías preestablecidas que redireccionar el programa de estudio de acuerdo a intereses o a inquietudes de los alumnos.

  1. ¿Cómo influye mi formación y mi práctica docente en el trabajo diario para desarrollar la competencia comunicativa en mis alumnos?

El trabajo del docente debe girar en torno a los alumnos, a sus inquietudes y sus intereses; considero que he logrado transitar aunque sea un poco desde mi formación previa a la docencia que fue totalmente conductista, hacia el profesional que se acerca a las ideas constructivistas, la pedagogía operatoria, el psicoanálisis, la psicogenética, etc., y ahora considero que cada vez mi práctica docente se orienta precisamente hacia la práctica constructivista y no solo quedo en el discurso.

Para mi, acciones como la que presente anteriormente donde mis alumnos tienen la inquietud de entrevistarse con el Presidente Municipal me permiten verificar que ellos están desarrollando una competencia comunicativa, no se quedan en el punto de solo ir a conocer ciertas oficinas, sino que plantean un objetivo y buscan la manera de expresar sus inquietudes para lograr dicho objetivo ¿podía imaginarme a mi mismo en la edad de ellos entrevistando a las autoridades? Por supuesto que no, era incluso impensable.

En la semana pasada, platicaba con el supervisor escolar y mencionaba que el Jefe de Sector veía con entusiasmo la visita de mi grupo escolar a la Zona Arqueológica “Cerro del Téul”, preguntó cuál era la finalidad de la visita a lo que el supervisor contestó que era cerrar un proyecto sobre la diversidad cultural y lingüística, actividad que surgió desde los alumnos; el supervisor también le comentó que a ver si no se les ocurría a mis alumnos saber cómo era la Luna porque no quería imaginarse lo que harían.

Para mi es muy importante que mis estudiantes desarrollen sus habilidades y conocimientos en base a sus inquietudes, sus intereses, trato de ser un acompañante en su proceso de aprendizaje. No se trata de tener un grupo que mecaniza y reproduce indicaciones, se trata de lograr que los alumnos se expresen realmente desde lo que piensan y sienten. “Se precisan maestros que se preocupen y sepan cómo enseñar su tema. Pero el punto es que la habilidad para comunicar, el arte de explicar y esclarecer, la capacidad de responder y orientar la percepción del alumno, son cosas que sólo pueden desarrollarse en contextos especiales.”9

Observar que alumnos de segundo grado piden la palabra levantando su mano, respetando los turnos de participación y que plantean preguntas respecto a un tema específico, por ejemplo Amairani quien preguntó a los arqueólogos “¿cómo saben cuántos años tienen de muertos esos esqueletos?, me permite percatarme que los alumnos están desarrollando en buenos términos su competencia comunicativa.

A manera de conclusión puedo decir que nuestro trabajo no es fácil, que no somos el tipo de maestros que los medios masivos de comunicación presentan ante la sociedad para señalarnos como el principal problema en el ámbito educativo, somos uno de los agentes que participan en la educación, no los responsables de todo el fracaso. Podemos arrastrar situaciones vividas durante nuestra formación, incluso antes de la formación profesional en la escuela normal, pero con la convicción de poder transformar nuestro ambiente escolar podemos lograr que nuestros alumnos no sean una generación más de alienados a los intereses de unos cuantos.

En nuestras manos se encuentra el poder de dar un cambio en la educación de nuestro país, comenzando en nuestra aula, siendo constantes y preparándonos cada día de acuerdo a las necesidades que detectemos en nuestra práctica docente. Los cursos de formación continua para docentes en servicio pocas veces cumplen con su objetivo, puesto que no se empatan con la realidad de nuestras escuela, con las necesidades de nuestros alumnos.

Los logros de mis alumnos son mis logros, me permiten verificar que estoy modificando mis estilos de enseñanza en beneficio de la niñez. Se que si todos comenzamos a tomar las riendas de nuestro trabajo en lugar de esperar siempre las indicaciones sobre lo que debemos hacer podemos transformar no solo nuestro trabajo en el aula, podemos transformar nuestro país.


BIBLIOGRAFÍA.

  1. ARONOWITZ Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del intelectual transformador.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
  2. BARROW Robin. “Formación de Maestros: Teoría y práctica” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
  3. BATALLAN Graciela, García J. Fernando. “La Especificidad del Trabajo Docente y La transformació Escolar” en Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina, 1998.
  4. CARRIZALES Retamoza, César. “Alieación y cambio en la práctica docente” Universidad Pedagógica de México.
  5. MESSINA, Graciela, en CALDERON LOPEZ VELARDE, Jaime (coordinador)(2012). Investigación, formación y docencia. De los imaginario a las posibilidades de praxis. Zacatecas/UPN/Taberna Libraria Editores.
  6. POPKEWITZ Thomas S, Lind Kathryn. “Incentivos docentes como reformas: Trabajo docente y cambio de los mecanismos de control en educación.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
  7. SACRISTAN, J. Gimeno. “Profesionalización docente y cambio educativo.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.
  8. TENTI Fanfani, Emilio. “El oficio del maestro: contradicciones iniciales”, en Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998.

1TENTI Fanfani, Emilio. “El oficio del maestro: contradicciones iniciales”, en Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p.103.

2SACRISTAN, J. Gimeno. “Profesionalización docente y cambio educativo.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina.1998. p. 115.
3Idem. p. 118.
4MESSINA, Graciela, CALDERON LOPEZ VELARDE, Jame (coordinador)(2012). Investigación, formación y docencia, de los imaginarios a las posibilidades de praxis. Zacatecas/UPN taberna libraría. p. 3
5ARONOWITZ Stanley y Giroux Henry. “La enseñanza y el rol del intelectual transformador.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p. 161
6Idem. p. 183
7POPKEWITZ Thomas S, Lind Kathryn. “Incentivos docentes como reformas: Trabajo docente y cambio de los mecanismos de control en educación.” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p. 193.
8BATALLAN Graciela, García J. Fernando. “La Especificidad del Trabajo Docente y La transformació Escolar” en Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina, 1998. p. 222
9BARROW Robin. “Formación de Maestros: Teoría y práctica” En Maestros. Formación, práctica y transformación escolar. Miño y Dávila Editores S.R.L. Buenos Aires, Argentina. 1998. p. 305


2 comentarios:

  1. Profesor Macario:

    He leído con placer su texto. Parte de su experiencia personal de una manera honda y sincera. Escribe a partir de preguntas. En su texto hay lugar para los otros, los otros que lo formaron y los otros que ahora acompaña.

    En su relato va abriendo lugar para dialogar con otros autores, otras experiencias. Otros modos de ver y juzgar el mundo educativo que enriquecen su perspectiva.

    Aborda diversas dimensiones de la realidad educativa y de su formación docente. Experiencias que han marcado su personalidad y sus búsquedas.

    Bien porque parte de preguntas. Con las preguntas se abre la imaginación, el horizonte de búsqueda y el deseo de aprender y de comprender.

    Un texto bien argumentado, con una estructura lógica, reflexionando sobre sí mismo y sobre los aspectos que le preocupan.

    En este trabajo noto dos aspectos en los que falta profundizar y sobre los que seguramente va a trabajar a fondo en su tesis:

    1) La descripción y análisis de su práctica docente. A este tema le dedica poca atención en su escrito.

    2) Las alternativas a la problemática analizada. Finaliza con propuestas que se ubican en el nivel personal de acción docente. ¿Qué otras posibilidades de formación docente existen? ¿De qué otras formas se puede comprender y mejorar la realidad escolar? ¿Qué horizonte de futuro existe para el trabajo educativo de constitución de sujetos en los centros escolares?

    Felicidades.


    Hugo Ávila Gómez

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  2. Gracias maestro!!!
    Creo que es tiempo de retomar la investigación.

    Saludos!!!

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