REFORMAS
EDUCATIVAS: ¿CAPACITAR O EXTERMINAR?
“La sobrecarga es característica en todos los aspectos de
las vidas escolares de los docentes”[1].
Antes que nada, debemos
tener bien claro el objetivo de las reformas educativas, ¿con qué objetivo se
realizan?. Se supone que debe ser para estar a la vanguardia en los cambios
sociales, económicos y culturales que se están dando en la sociedad y lo más
importante “Mejorar la calidad educativa”. Sin embargo ¿En México, las reformas
educativas acaso han incrementado el nivel de la educación o está peor?.
Responder la pregunta
anterior es difícil y la respuesta difiere de acuerdo a quien dé contestación.
En lo personal lo que pienso es que, las
reformas sólo se han aplicado y se han hecho efectivas hasta cierto punto, esto
es, sólo a lo que a los docentes y sus responsabilidades corresponde, pero me
pregunto ¿A caso nuestras autoridades educativas han cumplido con su parte en
lo referente a: equipar las escuelas con equipos de cómputo e internet o
incentivar de manera económica a los alumnos y a los docentes por sus logros
académicos?
Una experiencia respecto a
lo anterior, sólo por citar un ejemplo, en el 2011 como maestro frente a grupo
se me hizo saber que se me daría un estímulo económico por haber salido bien en
el examen ENLACE, pasaron los días, los
meses, los años y fue ya entrados en el 2013 cuando recibí el estímulo,
o sea ¿acaso así se deben de dar los estímulos, después de casi dos años.
Popkewitz y Lind señalan que
“Hemos llegado a entender las reformas con un medio para intensificar el
trabajo de la enseñanza antes que redefinir sus condiciones a fin de tornarlas
más satisfactorias, desde el punto de vista intelectual y social. Se deposita
un número mayor de exigencias sobre los docentes. La
problemática laboral se transforma, el diseño de las condiciones laborales se
convierte en problemas psicológicos de incentivos y motivación, impregnados de
los patrones sociales y las relaciones de poder imperantes”[2]. Referente a que las
reformas intensifican el trabajo de los docentes y cada vez nos saturan con más
y más cursos, talleres y diplomados, es muy cierto. Pondré como ejemplo lo que
estoy viviendo en este ciclo 2012-2013, la reforma señala que ofrecerá
capacitación a los docentes continuamente por medio de diferentes maneras, con
la finalidad de que estén mejores capacitados y por ende impartan una mejor educación.
Cuando uno escucha lo
anterior de los programas de estudio, hasta se motiva y piensa, “que bien, voy
a ser un mejor profesor”, llegada la fecha y la hora, nos damos cuenta que sus capacitaciones
consisten en:
·
Impartir los cursos, talleres o diplomados
después de la ardua y cansada jornada de trabajo.
·
Se impartirán donde las autoridades
educativas lo decidan, pudiendo ser hasta Tlaltenango dos veces a la semana,
incluyendo los SABADOS.
·
Las tareas a entregar en dichos talleres o
diplomados te llevará mínimo otras cincuenta horas, sin contar TRASLADO, y los
peligros que esto implica.
O sea, me pregunto ¿Será que
nos quieren capacitar para impartir una educación de calidad o nos quieren
exterminar poco a poco? En lo personal sólo puedo decir que en el mes de marzo
comencé un diplomado con sede en Tlaltenango de S. R. este se imparte los viernes
de tres de la tarde a ocho de la noche y los sábados de nueve de la mañana a
las dos de la tarde, las tareas que nos dejan abarcan bastantes horas, el
tiempo que nos dan es muy poco, “todo está muy carrereado”. El desgaste físico
se ha dejado ver, con síntomas de fatiga y cansancio; en más de una ocasión
después de salir de Tlaltenango y llegar casi a las diez de la noche a García
de la Cadena, en el trayecto carretero, hemos estado muy cerca de tener un
accidente, pues los peligros en la noche son bastos. A veces he llegado a
pensar que es una de sus estrategias para ver cuantos quedamos en el camino y
ya no tienen que soportarnos.
Y me sigo preguntando ¿será
que nos quieren capacitar o exterminar? Si esto lo supiera la población en
general y se difundiera por televisión, así como se hace con “todo lo malo que
hacemos los profes”, quizás el reconocimiento docente sería otro y la población
abriera los ojos y se daría cuenta que nuestras autoridades en vez de ayudarnos
nos están atacando fuerte y sin medida, lo que puede provocar que la educación
laica, gratuita y obligatoria, solo se recuerde como un bonito recuerdo que
sucedió hace muchos años.
Antes de finalizar, invito a
todos los docentes a estar preparados ante los embates de los que estamos
siendo víctimas, y hacer lo que sea necesario, “esto no puede, ni debe seguir
así”. De forma gradual y pacifica primero, podremos organizarnos y cuando el
momento y la situación se presente por qué no “exigir nuestros derechos y lo
principal, luchar por una educación más digna”. Libre de tantas burocracias,
programas, saturación laboral, explotación hacia los docentes, bombardeos con
sus nuevas y constantes reformas laborales y educativas, temor e intriga de
engruesar las filas de los DESEMPLEADOS
en México a pesar de tener “título de licenciado en educación primaria”.
BIBLIOGRAFÍA
S. Popkewitz
Thomas y Lind KathrynS. Incentivos docentes como reformas: Trabajo
docente y cambio de los mecanismos de control en educación. En: ALLIAUD,
Andrea, y DUSCHATZKY, Laura, Maestros.
Formación, práctica y transformación escolar,
Buenos Aires: Niño y Dávila Editores-Universidad de Buenos Aires, pp. 188-215
ATENTAMENTE
Profesor
Efraín Campos García
[1] S. Popkewitz Thomas
y Lind KathrynS. Incentivos docentes
como reformas: Trabajo docente y cambio de los mecanismos de control en educación. En: ALLIAUD,
Andrea, y DUSCHATZKY, Laura, Maestros.
Formación, práctica y transformación escolar,
Buenos Aires: Niño y Dávila Editores-Universidad de Buenos Aires, p. 193
[2] Ídem, p. 212
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