NOSOTROS LOS DOCENTES
Hace algunas décadas me
encontraba como uno más de los alumnos de la secundaria Francisco García
Salinas, no es por ser presuntuoso pero nunca tuve problemas de actitud de
igual forma cabe mencionar que tampoco fui el más sobresaliente en los tres
años que dure en cursar dicha institución, la misma en la que estoy trabajando
actualmente, en los mismos salones, corredores, canchas deportiva y cívica, con
la diferencia de que hoy me encuentro como profesor.
En aquel tiempo los padres de familia o la comunidad
escolar se dedicaba a dar el apoyo a la institución para bailables y sacar
recursos económicos que ayudarían a mejorar la infraestructura de la escuela,
obviamente se resistían al trabajo algunos cuantos, pero se lograban los
objetivos marcados.
Hoy en día ya no se da este tipo de actividades por
distintas situaciones como; falta de tiempo, poco interés, flojera o por la
diversidad de proyectos que se tienen por parte del gobierno para mejorar la
calidad de la escuela, que a mi punto de vista nos hace un poco atenidos como
padres de familia o profesores, ya que simplemente fijamos una cuota de
cooperación y listo, todo resuelto, menos trabajo, pero también, menos
compromiso a cuidar las cosas porque no sabemos el trabajo físico que cuesta
obtener los nuevos beneficios.
De antemano sabemos que T. García de la Cadena es una
comunidad, que está conformada por varias rancherías que con el paso del tiempo
han ido cambiando, desde la estructuras y materiales de sus casas, calles,
forma de vivir y por lo tanto su forma de pensar, pues, es ilógico querer un
cambio en nuestras vidas cuando siempre pensamos y hacemos las cosas de la
misma forma.
Algunas costumbres siguen conservándose pese al paso del
tiempo, aunque se están perdiendo muchos valores, pues en antaño los padres de
familia inculcábamos con más énfasis los valores en nuestros hijos educándolos
con una disciplina fuerte, en cambio hoy está desapareciendo ese tipo de
educación, pues se confunde con la formación que se debe de llevar a cabo en
las escuelas. Hoy los padres de familia según mi poca experiencia y lo que he
observado, dejan caer con todo el rigor la responsabilidad sobre los
profesores, pues si el alumno tiene algún problema, el profesor es
incompetente, no sirven para estar con los alumnos por que los echa a perder.
Son ideologías que la sociedad ha convertido en utopías
sobre el concepto de un buen profesor, ya que hace varios años se edificaba en
los valores, la moral, disciplina, el cual utilizaba tanto la fuerza física como
las estrategias para que el alumno pudiera entender o hacer caso en clases,
mientras que hoy nosotros tenemos que cambiar por los nuevos requerimientos y
algunos padres de familia lejos de felicitar nos critican por “…atentar contra
los mitos sacralizados y ritualizados, convertidos en verdades y en
comportamientos, y creído por los “normales”, es considerado como una
irreverencia ”[1], y si no lo hacemos de
igual forma nos marcan como conformistas o tradicionalistas. Todo a causa de
los diversos medios de comunicación, y algunos tarados amarillistas que no
saben la complejidad de la práctica docente.
Los padres de familia en su mayoría no rebasan la edad de
40 años, son relativamente jóvenes, de los cuales 2 son profesionistas docentes
y los 17 restantes tienen oficios como
agricultura, construcción, ganadería y algunos otros que se dan en la región.
Aun que cabe
mencionar que mi trato con los padres de familia ha permitido que pueda
distinguir entre la diferencia de educación y de formación, pues uno de los que
tienen profesión a llegado de forma agresiva, prepotente y por demás pedante a
reclamar a puerta de mi casa, hasta el punto de golpearme, teniendo puesto de
director, a diferencia de los otros 18 padres de familia que no pasan de
críticas y chismes de lavadero, pues la humildad e ideología que tienen los
obliga de alguna forma a respetar.
Con lo anterior
narrado, no digo que tenga la razón de lo correcto en la distinción de uno u
otro, simplemente veo que ya tenemos tres puntos de vista sobre cómo se actúa
en determinadas situaciones según, la práctica docente, lo impórtate de esta
experiencia es; “reconceptualizarla sobre bases antagónicas a las que
hegemonizan el actual modelo del “buen docente”[2],
de tal manera que me beneficie o me perjudique, haciendo visible que estamos
trabajando en la construcción del nuevo concepto.
No cabe duda que todo
tiene su tiempo de dominio social, como por ejemplo la música de los 80`, donde
la vestimenta marcaba un cambio, al igual que en el siglo XXI, en la actualidad
se diversifican ideas, grupos y comportamientos, como se da con los padres de
familia, críticos, impulsivos, y algunos pocos humildes lo cual hace ver
tiempos difíciles ya que “la ideología alienante adquiere su significación y
funcionalidad a partir de su experiencia histórica”[3],
marcando indiscutiblemente lo que llamo un momento de conceptualización
alienante, clave para definir la ideología que se va a presentar asía un
profesor en este caso, digo porque todos somos de esa forma, observamos un
momento y decidimos tener un punto de vista según nuestra percepción de bueno o
malo, inteligente o incapaz… en fin, denotaciones que hacemos a causa de
nuestra experiencia.
De esta forma son los
padres de familia, miden comportamientos, actitudes y aptitudes visibles a
simple vista. Todo esto dependiendo de la de una comunicación, conversaciones,
ideologías que concuerden, socializando en pocas palabras, lo que permite que
tengamos armonía en algún grupo ya que puede ser homogénea y heterogénea la
ideología alienada, situación que divide a las personas con sus gustos e
intereses.
Sin embargo, pese a
tantas críticas por constructivas que sean, lo único que podemos hacer es
tratar de mejorar y hacer nuestro trabajo lo mejor que podamos pues los padres
de familia solamente hablan por influencia de los medios de comunicación ya que
aprendemos viendo como “el estudiante aprende a ser estudiante, a ser el
estudiante que la sociedad define caracteriza, de ahí que el objetivo de la socialización sea
lograr la asimilación de lo persistente”[4],
son ideas alienadas que trascienden de los padres a los hijos de igual manera
por eso la actitud de los padres la puede adquirir el hijo en comportamientos.
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