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miércoles, 3 de abril de 2013

El proceso alienante del profresor.


ALINEACIÓN Y CAMBIO EN LA PRÁCTICA DOCENTE.

 

CÉSAR CARRIZALES RETAMOZA.

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA DE MÉXICO.

 

EL PROCESO ALIENANTE DEL PROFESOR.

El proceso alienante inicia desde la misma familia, donde los padres de familia van educando a sus hijos con la misma forma de pensar de ellos. Esto quiere decir, que los  hijos deben de actuar y reflexionar las cosas de una forma semejante a los tutores, ya que si no lo hacen será discriminado y en muchas ocasiones maltratado por la propia familia.

Así mismo, cuando tiene la edad para ingresar a la escuela primaria va retomando patrones de conductas ya sean buenas o malas según las formas de pensar y actuar del individuó. De la misma manera el docente aprende a ser docente no en los libros, sino en un proceso alienante que se inició seguramente en el mismo momento que conoció a su primer profesor, en ese momento comenzó a percibir el ideal hegemónico de maestro, y ya en su práctica como tal continúa formándose a través de la experiencia que obtiene de los demás docentes.

El ideal hegemónico no sólo se convierte en práctica real, sino que sirve también de vigilante para detectar si la experiencia está orientándose adecuadamente, permite darse cuenta de si se está experimentando y comportando conforme al ideal.

Los valores y las normas son aceptados como hegemónicos al delimitar el hacer y el pensar, ocultando la posibilidad de pensar y hacer distintos, por lo que puede afirmarse que la socialización consiste pues en enseñar a experimentar y a no experimentar, a comportarse y a no comportarse.

Lo normal sería experimentar y comportarse como lo hacen los demás, de ahí que experimentar y comportarse de manera distinta es incurrir en lo oculto, es decir, en lo negado por los normales, quienes lo califican de anormal.

Así pues, la función docente alienada se caracteriza por negar la existencia de pensar y hacer distintos, para ello se requiere orientar al estudiante por el camino de la certeza y la seguridad, garantizando al educando que su experiencia y su comportamiento son los correctos, le da la seguridad de que no piensa en un pensar distinto.

Sin embargo, nos han orientado y educado para ver lo simple, por eso no vemos lo complejo y lo oculto de las cosas. Debemos reflexionar y desarrollar un pensamiento crítico de lo hacemos y de lo que hacen los demás, para tratar de no cometer los mismos errores día con día. Se trata pues de ir mejorando como personas en la mayoría de las actividades que emprendemos y no caer en la cotidianeidad de realizar las cosas de forma mecánica  y tradicional.

 

 

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