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sábado, 9 de febrero de 2013


Una denotación más… para la docencia

En nuestros tiempos, se han cambiado conceptos por diferentes puntos de vista y a veces hasta por caprichos únicamente, como por ejemplo los de las reformas, en donde nos dan estructuras en los enfoques para nombrar de distintas formas al proceso de enseñanza aprendizaje.

Son movimientos en donde a primer instancia recurren a nosotros para programarnos y de cierta forma condicionarnos, como sucede con la nueva reforma laboral y educativa, donde inciden las cuestiones políticas y sociales para una subordinación más estricta, ya que somos agentes o actores en lo que es una organización social, hace unos días fui a una reunión sindical en donde mi actuación era la que nombrábamos en los tiempos dorados de mi niñez como “pan y mantequilla”, pues al no tener base, puedes opinar ser escuchado mas no tomado en cuenta.

Donde se nos hace ver que el trabajo que estamos realizando pasa a ser un poco menos importante que el de una persona que te ayuda en la limpieza en tu casa, así lo manifestó una maestra inconformándose con las autoridades que estaban dirigiendo la reunión, esta maestra inconforme se expreso de la siguiente manera “los interinos pasan a ser entonces peor que los sirvientes, porque tienen el mismo trabajo, los activan y los desactivan según sus intereses, es más hasta los tratan peor, porque a una persona que está encargada del aseó de nuestra casa ocupa la paga semana con semana y si no le pagan, no trabajan y a los interinos les paguen o nos les paguen los tienen que cumplir con su trabajo si no ya no les dan trabajo”, sin querer defendió a muchos aun que hubiera tenido intereses propios dio un golpe clave.

Que a mi punto de vista fue preciso, conciso y directo, las categorías están marcadas cada día más, y es una lucha de poderes en donde el compadrazgo sigue imperando para anexarse como agente en un nivel de pequeño burgués, donde a mi punto de vista indirectamente entran a nuestro proceder y resinifican nuestra profesión, dejándola en una interminable y continua base de la tradición del yo te digo brinca y tienes que preguntar qué tan alto.

Sabemos que nuestra profesión siempre ha sido blanco de muchos, ya que con un solo anuncio de televisión y nos están criticando, al fin de cuentas resulta un ciclo según lo que veo, estamos condicionados por todos lados, por parte de la sociedad y por nuestros propios jefes, ya que solamente hacemos lo que se nos pide, y si no funciona…. A lavarse las manos se ha dicho, los profes no hacen las cosas con profesionalismo.

Y como menciona Carlos Lerena; “estos rasgos del tradicional ethos, o si se quiere carácter social de los maestros – que los hace ser, en esta esfera, funcionarios estatales al cuadrado – son fruto de una posición social situada en una encrucijada, cuya síntesis parece que es esta: no pertenece a las clases populares, pero tampoco en reconocimiento por la burguesía”… que en lo personal ni me van ni me vienen, pero como profesionistas debemos de hacernos notar y lo estamos haciendo por nuestra labor tan diaria.

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