El OFICIO DEL MAESTRO
Emilio Tenti Fanfani
“Sólo el deseo de
hacer el bien en silencio y en el olvido es el móvil puro y verdadero de
abrazarla” (D.J.A. y D.M.C, 1871 en Tenti Fanfani, 1988).
Silencio y olvido, estas
son 2 palabras que sin duda alguna entienden a la perfección los Maestros, ya
que su labor exige de ellos trabajar aunque no tengan el reconocimiento de
nadie, con la mentalidad de que algún día su trabajo puede quedar en el olvido.
A pesar de ello, los
maestros siguen trabajando con la misma entrega día a día, formando a los
futuros ciudadanos de nuestro país, y dispuestos a sacrificar parte de su
sueldo, horas de descanso, inclusive a su familia con tal de dar lo mejor de sí
en cada una de sus clases.
A esto es a lo que yo
le llamo vocación; un Maestro con vocación es capaz de moldear almas, espíritus,
inclusive a pesar de no contar con apoyo de padres de familia, autoridades
educativas, materiales, premios, ni instintivos, ni nada, trabaja solo por la convicción,
y está consciente de la gran responsabilidad y compromiso que tiene con la
sociedad.
La vocación es algo
con lo que se nace, así como se nace cantante, o como el llamado de un
sacerdote, cuando se lleva consigo se nota, ya que un Maestro sabe
perfectamente que nunca tendrá nos himnos del héroe ni las palabras de un
mártir, ni las condecoraciones de un sabio, ni el aplauso de un artista, y a
pesar de ello, su labor estará llena siempre de sacrificios, amor, y humildad.
Pero además de vocación
un Maestro tiene que tener otras cualidades, como lo son: dominar un método, y
también los conocimientos científicos suficientes para orientar a sus alumnos
en las dudas que manifiesten.
En la actualidad todas
estas cualidades del maestro siguen vigentes y son reales, inclusive, con
tantas críticas por parte de los medios de comunicación y de la sociedad en
general, la figura del maestro ha caído por los pisos, sus discursos sobre educación
se han vuelto incongruentes y un ataque constante para el magisterio culpándonos
de todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Esta situación debe de
cambiar, y así como en su tiempo se le daba el reconocimiento a los maestros
por su labor tan humana, ahora se debe de hacer lo mismo, apoyarnos en vez de
atacarnos, dialogar, y sobre todo dejar de lado tantos intereses políticos y
personales de los dirigentes del Sindicato y de la SEP, parece que están jugando
con la educación de nuestro país con tantas reformas, que cada año cambian, con
acuerdos que en meses dicen que siempre no, por ejemplo el certificado de sexto
de primaria, y la cartilla de evaluación.
A final de cuenta nos están
poniendo muchas trabas para que huyamos, sin embargo, no saben que para los
Maestros nuestra profesión es sagrada, y aunque sea una labor silenciosa, siempre
habrá alguien que reclame nuestra presencia, preparación, cariño, instrucción,
paciencia, consejos, etc. porque ya formamos parte de la vida de muchos de
nuestros alumnos, y aunque no permanezcamos en el servicio, seremos recordados siempre,
en la mente y en el corazón de miles de niños, aunque los adultos nos olviden.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar