No es lo mismo que hace dos años…
Cuando llegué a mi hermoso
pueblo T. García de la Cadena, en Agosto 2011, traería cambios que me exigirían
cambios de actitudes y de cierta forma me condicionaría para mejorar o
definitivamente para dar una caída más, ante la sociedad, pero esta vez, seria
en mi pueblo, el peor de los jueces y de exageradas demandas a con sus hijos pródigos.
Dicho cambio de lugar
de trabajo ayudo a tomar una decisión que me pondría a prueba, en García de la
Cadena había una convocatoria para la primer una primer Maestría, para lo cual,
únicamente se pedía de requisito, inscribirse, hacer un examen y obviamente
tener grado de licenciatura, no importa cual fuera su perfil, entonces decidí inscribirme.
En aquellos momentos
tenía un conocimiento creo que firme y modesto en cuanto a la educación y todo
lo que conlleva el saber sobre el proceso de E-A, todavía cierta inmadurez y
toma de decisiones titubeantes, no tenía ninguna duda, pensaba que sabía todo acerca
de la docencia, en pocas palabras creía que todo lo que se hacía en mis clases
estaba bien, sin importar nada, no me detenía a pensar con profundidad y menos
de tratar de dar solución con cambios de estrategias de forma inmediata.
De igual forma había perdido
esa cesación de pertenecer a un grupo de alumnos, y más que pertenecer, creo
que asumir el rol de estudiante nuevamente era un reto, pues me encontraba con
algunos compañeros que eran mayores que yo, por consecuente con mayor experiencia
y conocimiento, lo cual me hizo sentir ese miedo o temor a equivocarse.
En fin, aquel viernes,
9 de septiembre de 2011, 22:21, ya hace 1 año 282 días exactamente, fue decisivo
para romper con aquella incertidumbre, pues fue nuestro primer encuentro con el
Maestro Víctor Andrade, el cual nos ayudo a entender la plataforma que utilizaríamos,
estuvimos sentados por aproximadamente 2 horas, después todos regresamos al
pueblo, ¡bueno!... al menos mi compañero Juan Manuel y yo.
Después de eso, fue cuestión
de tiempo para sentir el rigor de un trabajo, estricto y disciplinado, en donde
teníamos que leer por semana hasta 190 páginas, por los dos lados, analizarlos
y relacionarlo con nuestra practica, para después hacer un trabajo que serviría
para evidenciar nuestra comprensión sobre la lectura. Este proceso ya lo había realizado
en la normal, pero esta vez era un reto personal y sobre todo lucha de ego.
Cabe decir, que no me
gustaba leer, lo hacía por necesidad y por condicionamiento, pero al paso del
tiempo ya era un gusto, que poco a poco fue ganando espacio al medio de comunicación
mas fuerte, que era la televisión, pues llegaba el momento en el que estaba
viendo tele y me decía, mejor voy a leer…
Fue el primer cambio
que mire en mi persona, el segundo que había mejorado mi redacción, como la
coherencia y ortografía en mis textos, con esto no digo que escribo perfectamente,
sino que se miro una mejoría, después me di cuenta que ya me hacía preguntas en
clases, reflexionaba y trababa de dar solución, con forme lo que había leído,
hacia anotaciones, preguntaba a los alumnos, y lo que era mejor, me interesaba
mejorar, yo quería que mis clases les gustaran a todos y sobre todo que
aprendieran.
Con esto no digo que
todo lo que hice dio un cambio radical que mejoro las condiciones de E-A del
alumno, es más hasta probamente estaba mejor antes, pero con la diferencia de
que hoy ya entiendo un poco más, me interesa convivir con los alumnos y de
cierta forma ser parte de ellos, influir en sus decisiones.
Creo que porque tuve la
experiencia de saber nuevamente que es ser un alumno, y compartir mis
inquietudes con mis compañeros de maestría, nos conocíamos, y hasta sabíamos cuanto
durábamos cada uno en hablar cuando teníamos que expresar lo que comprendíamos de
las lecturas o simplemente compartiendo nuestras vivencias en el aula, pues
todos tuvimos distintos campos de acción, preescolar, primaria, secundaria,
telesecundaria.
De manera personal
aseguro una madures profesional, de valores y de ética, situación que nos hace
ver que avanzamos, para esto recuerdo algo que dije en mi última sesión de la maestría,
cuando dije; “no sé si sea bueno o no, pero salí con más dudas de las que tenía
cuando entre”, a mi punto de vista creo que es bueno, siempre y cuando trate de
responderlas y no solamente las deje así.
Bien, profesor Mario Humberto.
ResponderEliminarEn este texto se deja ver un proceso de aprendizaje, de asimilación de experiencias y de crecimiento profesional y humano.
Los frutos de la maestría.
Y qué bueno que el estudio le abrió dudas. Las preguntas son para caminar. Con puras certezas no caminamos, sólo vemos pasar la vida, enjuciándola. Mejor caminemos, acicateadod por las preguntas.
Saludos fraternos.
Hugo Ávila Gómez